Reconociendo el incremento de los trastornos mentales en la carga mundial de morbilidad, así como el costo social y económico asociado con el problema de la salud mental en las Américas y las disparidades e inadecuación de la atención psiquiátrica convencional, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y sus Estados Miembros, se comprometieron a reducir la repercusión negativa de este problema, a generar estrategias para promover y proteger la salud mental, y a prevenir el sufrimiento psíquico. Ese compromiso, que recogió voluntades políticas y experiencias positivas anteriores, fue asumido en la Conferencia sobre “Reestructuración de la Atención Psiquiátrica en América Latina” que, reunida en Caracas, Venezuela del 11 al 14 de noviembre de 1990, proclamó la Declaración de Caracas conteniendo las bases para generar/potenciar un amplio proceso de transformación. (AU)