Perspectivas de la gestión de calidad total en los servicios de salud

Publication year: 1997

La calidad de los bienes y servicios constituye una de las numerosas cuestiones de relevancia social frente a las cuales se evidencia el fracaso de la visión cientificista en el mundo contemporáneo. En nuestra opinión, el abordaje cientificista de la gestión de calidad estrecha esa temática, castra la imaginación y estrangula la creatividad necesaria para trabajarla en el día a día. La calidad, como objeto de indagación y acción entrelazado íntimamente con la mundanidad del mercado y de los negocios debería ser, por el contrario, una oportunidad más de reafirmar el ímpetu creciente de una razón que no se deja enteramente pacificar y desarmar por la ciencia, de una razón que afirma profundamente sus raíces en valores humanos, que se quiere múltiple en todos sus aspectos, inclusive en cuanto a las teorías e interpretaciones que fundamentan su racionalidad. En fin, de una razón que genera una visión de mundo más compleja, fragmentaria e inquietante que aquella que heredamos del modernismo. El cientificismo encuentra aquí una clara demostración de que su largo reinado en cuestiones intelectuales va cediendo espacios, en el mundo llamado posmoderno, a otras formas de poder y de racionalidad. Pero las manifestaciones sutiles del cientificismo no siempre son percibidas cuando se analiza, por ejemplo, la obra de Juran en comparación con la de Deming. Juran cree que la calidad es un atributo objetivamente definible y susceptible de un encuadramiento por las reglas de un sistema científico, de una planificación estratégica que se haga presente desde el momento inicial de la concepción del producto. Deming parece repetir, al contrario, que no existe una ciencia de la calidad, apenas un arte imperfecto y provisorio de aproximarse pedagógicamente a sus fundamentos. Enfrentar uno al otro, evocar el contraste de ambos, no significa que estemos llevados a hacer una opción definitiva por el arte y por la imaginación, dejando de lado las potencialidades del método científico. De ninguna manera, ya que esto sería, además, una injusticia con Deming, quien es también un creyente en las virtudes de la ciencia y, particularmente, de su ciencia, la estadística.

Significa apenas que preferimos la ciencia puesta al lado de en vez de encima de:

al lado de muchas otras cosas y no encima de todas las cosas. (AU)