Impacto psicológico de la pandemia por COVID 19 en madres de recién nacidos internados en neonatología

    Año de publicación: 2021

    El Hospital Garrahan es referente para la derivación de recién nacidos (RN) con anomalías congénitas severas (ACS). El período perinatal es de alta vulnerabilidad para la salud mental. La prevalencia de depresión en este período es del 18% y de síntomas ansiosos del 50%. Investigaciones recientes en otras partes del mundo durante la pandemia COVID-19, reportaron que se triplicó la frecuencia de ansiedad y depresión en embarazadas y madres de RN. Objetivo describir la presencia de estrés, ansiedad y depresión en madres de RN con ACS internados durante la Pandemia por COVID-19 en neonatología y comparar los resultados con investigaciones previas. Asimismo, indagar cómo las medidas de reorganización en salud y la radicalización de protocolos de atención, impusieron limitantes a la atención del embarazo. Diseño transversal comparativo. Instrumentos de medición Inventario de Depresión de Beck, Escala de ansiedad de Hamilton, Escala de estrés parental: Unidad de cuidados intensivos (PSS: NICU). Resultados Muestra de 51 madres 18% adolescente, 61% proveniente del Conurbano, 51% finalizó estudios secundarios, 51% ama de casa, 86% en pareja estable, 55% con otros hijos, 20% con ingresos bajo línea de pobreza, 79% con red de apoyo familiar. El 45% planificó el embarazo, el 67% tuvo controles adecuados, el 59% diagnóstico prenatal, el 33% complicaciones obstétricas. El 80% tuvo seguimiento en el ámbito público, no obstante, el 72% debió realizar estudios en ámbito privado. Las patologías más frecuentes de los RN fueron cardiopatías y malformaciones digestivas. El 82% tenía información adecuada sobre el estado del RN. El 30,6% presentó indicadores de depresión clínicamente significativa y el 28,5% de más ansiedad. El estrés en relación a la relación con el bebé durante la internación tuvo una media de 24p y en relación al equipo de salud de 7p. Los indicadores psicológicos fueron más bajos que en estudios previos a la pandemia y el seguimiento obstétrico fue más deficiente.

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