En la actualidad, los niños y las niñas crecen y se desarrollan a menudo en entornos que fomentan el consumo excesivo y poco movimiento corporal. Los entornos escolares surgen como espacios primordiales para garantizar y promover la alimentación saludable. Pero es posible, que entre los lineamientos nutricionales que proponen las políticas alimentarias y el consumo real de los alimentos, intervengan factores que deben ser observados y analizados. Se realizó un estudio observacional del consumo de comidas y alimentos. El objetivo fue evaluar la ingesta real de energía y nutrientes críticos de los escolares durante la jornada escolar. El diseño utilizado fue observacional, transversal, descriptivo y analítico con metodología cuantitativa y cualitativa. Participaron 362 escolares de escuelas de jornada completa de Lago Puelo y El Hoyo. Las mediciones se realizaron a través de observaciones directas de la ingesta alimentaria y su entorno, encuestas a las familias y entrevistas a los escolares. RESULTADOS la ingesta de alimentos durante la jornada escolar, cubre las recomendaciones de energía, hierro, vitamina C, vitamina A y zinc. La ingesta de proteínas y grasa excede las recomendaciones. No se cubren las recomendaciones de calcio ni fibra. La conducta e ingesta alimentaria está influenciada por la presencia de adultos referentes, las características organolépticas de la comida, la organización institucional, la oferta de los kioscos, el consumo de agua y los hábitos alimentarios familiares. DISCUSIÓN Las escuelas deben considerarse como entornos escolares promotores de hábitos saludables; alimentación, actividad física y comensalidad, siendo necesario y oportuno desarrollar acciones sostenidas en el tiempo destinadas a garantizar la ingesta adecuada y promover un estilo de vida saludable en la comunidad educativa, específicas para los principales factores de riesgo de Enfermedades Crónicas No Transmisibles