Año de publicación: 2024
El cáncer colorrectal (CCR) es un tipo de neoplasia gastrointestinal maligna que se
origina del colon o del recto. Aunque ambas formas pueden definirse simplemente como
cáncer de colon o recto dependiendo de su origen, a menudo se combinan debido a
muchas características biológicas y clínicas comunes (1).
El sexo masculino y edad avanzada (más de 65 años) son factores fuertemente
asociados a la enfermedad. El factor genético (familiar) es responsable de 10% al 20%
de los casos (2). Adicionalmente, entre los factores de riesgo modificables se
encuentran la obesidad e inactividad física, dieta alta en carnes rojas y procesadas,
fumar y el consumo de alcohol (3).
Los pacientes pueden tener un amplio rango de
síntomas:
sangrado rectal oculto o manifiesto, cambios en los hábitos intestinales,
anemia o dolor abdominal. Sin embargo, el cáncer colorrectal es generalmente
asintomático hasta que alcanza una etapa avanzada.
A nivel mundial, en el año 2020 se estimó que hubieron más de 1,9 millones de casos
nuevos de cáncer colorrectal, ocupando el 3º lugar de los cánceres con mayor
incidencia, así como más de 930 000 muertes, convirtiéndose en el 2º cáncer más mortal
después del cáncer de pulmón. En el Perú, es el quinto cáncer de mayor incidencia y se
presenta con mayor frecuencia a partir de los 50 años. Para ese mismo año, se
estimaron 4 636 casos nuevos y unas 2 365 muertes, con una tasa de incidencia y tasa
de mortalidad estandarizada por edad de 11.4 y 5.6 por 100 000 personas,
respectivamente (4).
La incidencia del cáncer colorrectal se ha venido reduciendo en los países de ingresos
altos, en gran parte, gracias a los programas eficaces de tamizaje. El pronóstico del
cáncer colorrectal varía según su estadio en el momento del diagnóstico. Las tasas de
supervivencia de los cánceres en fase inicial son mayores que las de los cánceres que
se encuentran en fase avanzada.
Es posible reducir el riesgo de cáncer colorrectal manteniendo una alimentación
saludable, actividad física con regularidad, evitar y reducir el consumo de alcohol y
tabaco. Así mismo, es importante que haya un diagnóstico oportuno, un tratamiento
adecuado y una atención de seguimiento periódica para mejorar las tasas de
supervivencia y la calidad de vida. Según la información del Ministerio de Salud
(MINSA), el 90% de los casos pueden ser tratados exitosamente si son diagnosticados
a tiempo, por ello es fundamental realizar exámenes periódicos para detectar la
enfermedad de manera precoz (5).
Por ende, en base a la incidencia de la enfermedad en nuestro país y la carga económica
y de mortalidad que trae consigo un diagnóstico tardío, se ha priorizado la realización
de una guía de práctica clínica para el tamizaje de cáncer colorrectal en el primer nivel
de atención.