Guía de práctica clínica para el tratamiento del cáncer de próstata metastásico hormonosensible: guía en versión extensa
Año de publicación: 2023
El cáncer de próstata metastásico se presenta en el 20% de pacientes al momento del
diagnóstico de cáncer de próstata (1). Los sitios comunes de diseminación metastásica
locorregional son los ganglios linfáticos (99%) y huesos como pelvis, cadera y esqueleto axial
(84%); mientras que las localizaciones de metástasis a distancia más frecuentes son los
ganglios linfáticos distantes (10.6%), y vísceras como hígado (10.2%) o pulmones (9.1%) (1).
El cáncer de próstata metastásico es responsable de más de 400 000 muertes al año y se prevé
que esta cifra se duplique al año 2040 (2). Además, características como la forma de
presentación influyen en la supervivencia. Los pacientes con enfermedad metastásica al
momento del debut de la enfermedad (de novo) suelen tener un tiempo de sobrevida más
corto en comparación con los pacientes que desarrollan recidiva metastásica después del
diagnóstico inicial de cáncer de próstata primario (recurrente) (1, 2).
El pilar del tratamiento del cáncer de próstata metastásico es la terapia de deprivación
androgénica (TDA), ya sea quirúrgica o farmacológica. La TDA tiene por finalidad reducir los
niveles de testosterona sérica a niveles de castración para evitar el crecimiento tumoral (1, 3,
4). En este sentido, cuando el cáncer es susceptible a la TDA, se le denomina cáncer de
próstata metastásico hormonosensible (CPMHS) (3, 4).
Con el objetivo de mejorar la supervivencia de los pacientes con CPMHS, se han propuesto
diferentes modalidades de administración de la TDA y el uso de terapias combinadas con TDA.
Entre las terapias combinadas se describe la adición de quimioterápicos como docetaxel, el
uso de radioterapia (RT), entre otras alternativas terapéuticas (3, 4).
Actualmente, se ha propuesto la subclasificación de pacientes con CPMHS en base no solo a la
presentación del cáncer (de novo o recurrente) sino también al volumen metastásico (alto o
bajo) (4, 5). Esto es debido a que estos subgrupos tienen diferente pronóstico y las terapias
pueden tener un balance, entre beneficios y daños, diferente para cada uno de ellos.
Establecer las alternativas de tratamiento más eficaces y seguras para estos pacientes
mejorará la supervivencia y calidad de vida de esta condición. Por ello, el Seguro Social de
Salud (EsSalud) priorizó la realización de la presente guía de práctica clínica (GPC) para
establecer lineamientos basados en evidencia con el fin de gestionar de la mejor manera los
procesos y procedimientos asistenciales de la presente condición.
Esta GPC fue realizada por la Dirección de Guías de Práctica Clínica, Farmacovigilancia y
Tecnovigilancia del Instituto de Evaluación de Tecnologías en Salud e Investigación (IETSI) de
EsSalud. Para ello, el grupo elaborador de la guía (GEG) tuvo en cuenta que para el manejo de
estos pacientes se ha propuesto el uso de TDA en combinación con fármacos como
enzalutamida, apalutamida, darolutamida, entre otros. Sin embargo, solo pudo ser posible
evaluar las tecnologías sanitarias disponibles en el petitorio de EsSalud hasta enero de 2023
(TDA, docetaxel, y radioterapia).