Guía de práctica clínica para el tratamiento de infecciones odontogénicas
Año de publicación: 2020
Las infecciones odontogénicas son una de las principales causas de consulta en la práctica
odontológica, afectando a individuos de todas las edades.(1, 2) Estas patologías ocasionan
considerable dolor y molestias que en caso de no tratarse pueden provocar la pérdida de las
piezas dentarias y desencadenar procesos infecciosos más graves, como abscesos de los
espacios aponeuróticos de cabeza y cuello, los cuales pueden comprometer la vida del
paciente.(3, 4)
Estas infecciones se manifiestan principalmente por dolor agudo que provoca una demanda
espontánea de atención.
El diagnóstico de estas infecciones consta de la evaluación clínica e imagenológica, las
herramientas imagenológicas son de ayuda para lograr el diagnóstico definitivo y definir el
manejo del paciente. Inicialmente la radiografía periapical y/o panorámica puede ayudar en la
evaluación de la fuente de la infección, determinando las piezas dentarias y estructuras
maxilares afectadas. En casos de una infección más avanzada, el uso de la tomografía
computarizada juega un papel importante en la detección de cambios óseos y reacciones
periósticas así como en la valoración de la extensión a tejidos blandos (e involucra a los distintos
espacios aponeuróticos). La resonancia magnética es otra técnica que puede ser de utilidad para
el diagnóstico de infecciones de tejidos blandos por su alta resolución espacial y buen
contraste.(5) Sin embargo existen pocos estudios que hayan comparado su precisión diagnóstica
con la tomografía de Cone Beam para el diagnóstico de infecciones odontogénicas.
El absceso dentoalveolar agudo es una infección localizada con material purulento que afecta a
los tejidos periapicales. Esta infección puede agravarse formándose un cuadro de celulitis, la
cual se caracteriza por ser una infección difusa e indurada a la palpación que se extiende por los
espacios faciales a través de los tejidos celular subcutáneo. La celulitis a su vez puede agravarse
y convertirse en un absceso cervicofacial al formarse pus.