Guía de práctica clínica para el tamizaje, diagnóstico y tratamiento inicial de cáncer de próstata localizado y localmente avanzado
Año de publicación: 2021
El cáncer de próstata es producto de una proliferación descontrolada de células glandulares,
ductales u otras de la glándula prostática. El tipo histológico más frecuente es el
adenocarcinoma y se ubican principalmente en la zona periférica de la próstata (1). Así mismo,
esta neoplasia se puede clasificar según el estadio clínico en cáncer de próstata localizado,
localmente avanzado, y metastásico. Además, el cáncer de próstata localizado puede clasificarse
según el riesgo en riesgo bajo, intermedio, o alto (1-4).
En el mundo, el cáncer de próstata es la segunda neoplasia maligna más frecuente y una de las
principales causas de mortalidad por cáncer en varones. Se diagnostican más de 1,2 millones de
casos y las muertes relacionadas a esta neoplasia suelen superar las 350 mil cada año (1). En
Perú, se reportó que el cáncer de próstata fue la neoplasia maligna más frecuente y la segunda
más letal, independientemente de la edad y género (44,3 casos nuevos por cada 1000
habitantes, y 11,4 fallecimientos por cada 1000 habitantes, respectivamente) en el 2020,
tendencia que se mantiene si se toma en cuenta solo a varones (5). En adición, en el Seguro
Social de Salud de Perú (EsSalud) se estimó que el cáncer de próstata representó el 3,8% de los
años de vida perdidos por muerte prematura causados por tumores malignos en el 2018 (6).
Para reducir las cifras de mortalidad causadas por cáncer de próstata y otras neoplasias, en 2012
se implementó el Plan Esperanza, el cual pretende cubrir los servicios de prevención, detección
temprana, diagnóstico definitivo, estadiaje, tratamiento y cuidado paliativo (7). Pese a ello, la
tendencia de mortalidad por cáncer de próstata en varones mayores de 50 años se ha
incrementado entre los años 2009 y 2016 (10,9% vs 21,8%, respectivamente) (8). Además, el
manejo del cáncer de próstata se ha vuelto más complejo con el advenimiento de nuevas formas
de subclasificación de grupos de riesgo, y nueva evidencia sobre la eficacia y seguridad de las
diferentes modalidades de tratamiento inicial para esta neoplasia (3, 4, 9).
Por ello, el Seguro Social de Salud (EsSalud) priorizó la realización de la presente guía de práctica
clínica (GPC) para establecer enunciados basados en evidencia con el fin de gestionar de la mejor
manera los procesos y procedimientos asistenciales de la presente condición.
Esta GPC fue realizada por la Dirección de Guías de Práctica Clínica, Farmacovigilancia y
Tecnovigilancia del Instituto de Evaluación de Tecnologías en Salud e Investigación (IETSI) de EsSalud.