El desafío educativo de las reformas sectoriales: cambios en la capacitación y la evaluación para el trabajo en salud. Grupo de trabajo sobre evaluación de la capacitación en salud

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Las estrategias educacionales siempre han ocupado un lugar importante entre las herramientas técnicas con las que se enfrentan en América Latina los problemas referidos a la atención de la salud de la población. A la educación se le adscribe en los servicios de salud un alto valor de uso ligado a la importancia crucial del conocimiento y de la tecnología. Se podría afirmar sin riesgo a exagerar, que en la mayoría de casos, ante problemas en el proceso de producción de la atención de salud, se plantean de entrada acciones educacionales (cursos, talleres seminarios). En otras palabras, en el sector salud siempre ha existido mucha actividad educativa, no sólo aquella dirigida a formar personal (en facultades y escuelas) sino en los propios servicios, orientada a mejorar la competencia del personal en activo, llamada comúnmente capacitación del personal de salud. Por lo tanto, en el sector salud existe mucha experiencia, una determinada capacidad educacional (diferente en cada país), recursos de diferente índole, y una cultura de capacitación fuertemente enraizada en el imaginario colectivo del personal de salud en todos los niveles de decisión. La Organización Panamericana de la Salud ha acompañado desde hace muchos años el devenir de los programas y acciones educacionales en el sector salud de los países de América Latina. De cierta forma, dada la naturaleza de su misión y de su práctica de cooperación técnica (cuyas materias primas son el conocimiento y la tecnología), las prácticas educacionales también son muy importantes en la Organización. Hoy se aprecia un gran dinamismo en el sector. Las reformas sectoriales y los proyectos de apoyo a las mismas, a través de sus componentes de capacitación, han aportado grandes desafíos, recursos financieros en una cuantía inédita y un nuevo protagonismo a esta tradicional actividad. Esta situación muestra signos muy alentadores, pero a la vez no se puede dejar de sentir preocupación por algunas situaciones y tendencias, derivadas también de las propias reformas. De una manera general, en algunos casos debido tal vez a las orientaciones y estrategias, y en otros en razón de los ritmos de las reformas, se puede observar una gran tensión entre los requerimientos de los procesos de cambio y la orientación y modalidades de práctica y de gestión educacional existentes en los servicios de salud. En estos momentos, los objetivos a ser alcanzados y los resultados a ser garantizados, difieren mucho de los que tradicionalmente han definido las acciones de capacitación en el sector. Así, no son solamente desafíos a la teoría y a la práctica educacionales dominantes en el sector salud, sino también a la propia capacidad de organización y gestión de programas y actividades de capacitación, tradicionalmente definidas y dirigidas desde el nivel central (por lo general sin llevar en cuenta las necesidades locales), usando y abusando de estrategias reproductivas. (AU)